Tras el cierre de más de 30 academias de enseñanza en lo que va de año, ADICAE, Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros, ha comenzado a agrupar a los clientes afectados en torno a una plataforma a través de la que se desarrollarán las actuaciones necesarias con objeto de garantizar el respeto a sus legítimos intereses y derechos.
El problema deriva de la existencia de contratos de financiación con un tercero en un elevado número de casos. Ante el cierre de la academia, el usuario se encuentra en una clara situación de inferioridad, ya que a pesar de dejar de recibir servicio alguno, la entidad financiera con la que firmó (muchas veces sin saberlo) un crédito al consumo le sigue exigiendo el pago del mismo.
ADICAE ha detectado numerosas prácticas irregulares en la contratación de los cursos que ofrecen algunas academias, como que sea un menor de edad el que firma el contrato y al que, al menos teóricamente, se le informa del tipo y condiciones de la financiación, o que no se entregue (como legalmente se establece) copia del contrato de financiación al cliente.
En este tipo de financiación existe un acuerdo previo entre la entidad financiera que concede el crédito y la academia que presta el servicio.
El consumidor obtiene el crédito en aplicación de este acuerdo previo, por el que no se realizan los estudios de riesgo que se llevan a cabo en toda entidad. El 19 de marzo de 2001, el Juzgado de 1ª instancia nº 55 de Madrid declaraba la nulidad del contrato de financiación de un curso de idiomas en base a la falta de información alguna sobre la financiación, señalando además que «no consta que se requiriera a la demandada (cliente) la facilitación de información alguna para la concesión del préstamo alegado suscrito, en contra de las actuaciones habituales en la concesión de préstamo», lo que indujo a error al usuario.
Por este y otros motivos, los servicios jurídicos de ADICAE consideran que, en aplicación de la Ley de Crédito al Consumo, el incumplimiento del contrato principal (el de enseñanza por parte de la academia) implica la invalidez del contrato de crédito o financiación correspondiente.
En consecuencia, ADICAE iniciará las actuaciones legales oportunas frente a las academias que presenten estos problemas y, en su caso, ante las entidades financieras como responsables civiles subsidiarias.
Consejos a los afectados:
– Recopilar toda la información y documentación de que dispongan relativa a la academia y su relación con la misma
– Recopilar toda la documentación de que dispongan acerca del contrato de financiación.
– Adherirse a la plataforma de afectados creada por ADICAE. Para ello pueden informarse en el teléfono 91 5400513 y en las oficinas de ADICAE en Madrid: C/ Gran Vía, 69 7ª planta 28013 – Madrid
ADICAE actuará de forma colectiva en todas las vías oportunas a fin de evitar perjuicios a los clientes de estas academias. Para ello, y además de las actuaciones judiciales a emprender, la Asociación contactará con las academias y entidades financieras implicadas con objeto de lograr una solución al problema planteado.
EXPONENTE DE UN PROBLEMA PERMANENTE
La situación creada por el cierre de varias academias no es casual; desde hace tiempo ADICAE viene denunciando las condiciones en que se formalizan los contratos de financiación que ofrecen estos negocios de enseñanza, que generan multitud de consultas y reclamaciones por parte de los usuarios, caracterizadas en la mayor parte de las ocasiones por un denominador común: la falta de información, llegando en ocasiones al engaño.
Por este motivo, ADICAE invita a todos los usuarios a asesorarse en asociaciones de consumidores especializadas antes de contratar los cursos y sus financiaciones.
